domingo, 6 de septiembre de 2009

Algo para recordar

Publicado por Alma Rebecca Yañez en 4:13

Ya tenia varios días sintiéndome rara, algo no iba bien conmigo, me cansaba con facilidad y a veces me daba mucha hambre, pero debido a mi trabajo, mis sesiones de fotos y la rutina de mi dieta, siempre pensé que debería de comer mejor, pero si no lograba las medidas y el peso necesario no podría modelar nada.
Aquella mañana llegue al escuela, como todos los días, pero particularmente me sentía bastante mal.
Recuerdo que en la primera clase decidí salirme, simplemente no lograba poner la atención necesaria, así es que me fui sin decir nada, llegue a mi auto y enfilé rumbo a mi casa.
Nunca en toda mi vida el camino de la Universidad se me hizo tan complicado, no lograba poner la atención necesaria.
Cuando llegué le dije a mi mama que me sentía muy mal, me empezó a dar mucha sed, precisamente era una de esas mañanas calurosas.
Es todo lo que recuerdo: mi mama dándome un vaso con jugo de naranja.
Todo me pareció como en una película en cámara lenta.
Y todo se desvaneció para mí.
Cuando desperté estaba en el hospital con mi papa y mi mama, ambos con cara de mucha preocupación, y honestamente pensé que otra vez había sido victima una de mi recaídas por no comer tanto o quizás mi tos crónica que nunca me ha dejado, sobre todo en invierno que es cuando mas cuidado debo tener, de lo contrario, fiebre y dolor de garganta cosa segura
Mi mama se puso contenta cuando abrí los ojos, -¿Cómo estas modelito? Me dijo con esa mirada entre preocupada y tranquila.
-Lo siento mama, prometo comer mejor, pero nunca pensé que me pusiera tan mal solo por no desayunar en la mañana-y lo dije convencida y por supuesto con la firme convicción de nunca mas saltarme una comida y mucho menos el desayuno.
En ese momento mi mama no aguanto más y se puso a llorar.

Tarde mas de una semana en asimilar lo que me dijo el Doctor y claro la suerte de que no llegara a mayores, y es que en casos como el mío, mucha gente simplemente no reacciona y al poco tiempo falleces victima de muchas complicaciones.
Como llore de coraje, de rabia, de impotencia todo mi mundo se vino abajo.
Deje de creer en Dios por muchos años, aun a la fecha no logro conciliar esa parte de mi vida.
Poco a poco fue llegando la aceptación y con ella la resignación, no era buena idea seguir con esa actitud contra la vida.
Mi papa fue la persona que me ayudo en todo, siempre con sus palabras, siempre con su aliento a seguir adelante: Papa gracias a ti soy la persona de ahora.
Y a partir de entonces me gusta despertarme cada mañana, darle gracias a la vida por un día mas, disfruto levantarme muy temprano, quiero vivir cada segundo intensamente. Amo al atardecer en la playa con sol ocultándose en el horizonte, feliz de haber concluido una jornada más.
Y las noches con estrellas, su fulgor me dice que aun en la oscuridad hay luz,
Me llamo Alma Rebecca tengo 24 años, soy Diabética y aun me falta tanto por hacer!

2 comentarios:

Delcia dijo...

Hola Becky como me dijiste desde ayer en la noche que en cuanto pudiera entrara al blog y en la mañana fue lo primero que hice awww en serio que la historia me encanto demasiado!!
me gusta como te expresas de la vida
es tan genial me alegra que veas asi la vida y es vdd ahi que disfrutar de la vida cada minuto y muchos no lo hacemos como yo :( que bueno que publicaste tu historia gracias por compartirla en la noche te veo y te comento otras cosas :D

Anónimo dijo...

Hola,

Eso no me lo esperaba :-O

Yo también soy diabético pero siempre he estado muy controlado y soy del tipo 2, no dependiente de insulina. Así que para mi esa es una condición normal, como la gastritis.

Por otro lado, mis dos condiciones médicas principales me afectaron ya en la etapa madura de mi vida o pasados los 30s por así decirlo (me operaron 2 veces de otras cosas antes de los 7 años pero eso no cuenta) y trato de entender lo que sería vivir desde tan joven con una carga como la te afecto tu caso particular y lo que aún te falta por vivir. Ahora entiendo tu positivismo ante la vida y agradezco tu energía y entusiasmo.

Una vez más me enseñaste una lección de vida, y por eso, te estaré agradecido siempre.

Alex

domingo, 6 de septiembre de 2009

Algo para recordar



Ya tenia varios días sintiéndome rara, algo no iba bien conmigo, me cansaba con facilidad y a veces me daba mucha hambre, pero debido a mi trabajo, mis sesiones de fotos y la rutina de mi dieta, siempre pensé que debería de comer mejor, pero si no lograba las medidas y el peso necesario no podría modelar nada.
Aquella mañana llegue al escuela, como todos los días, pero particularmente me sentía bastante mal.
Recuerdo que en la primera clase decidí salirme, simplemente no lograba poner la atención necesaria, así es que me fui sin decir nada, llegue a mi auto y enfilé rumbo a mi casa.
Nunca en toda mi vida el camino de la Universidad se me hizo tan complicado, no lograba poner la atención necesaria.
Cuando llegué le dije a mi mama que me sentía muy mal, me empezó a dar mucha sed, precisamente era una de esas mañanas calurosas.
Es todo lo que recuerdo: mi mama dándome un vaso con jugo de naranja.
Todo me pareció como en una película en cámara lenta.
Y todo se desvaneció para mí.
Cuando desperté estaba en el hospital con mi papa y mi mama, ambos con cara de mucha preocupación, y honestamente pensé que otra vez había sido victima una de mi recaídas por no comer tanto o quizás mi tos crónica que nunca me ha dejado, sobre todo en invierno que es cuando mas cuidado debo tener, de lo contrario, fiebre y dolor de garganta cosa segura
Mi mama se puso contenta cuando abrí los ojos, -¿Cómo estas modelito? Me dijo con esa mirada entre preocupada y tranquila.
-Lo siento mama, prometo comer mejor, pero nunca pensé que me pusiera tan mal solo por no desayunar en la mañana-y lo dije convencida y por supuesto con la firme convicción de nunca mas saltarme una comida y mucho menos el desayuno.
En ese momento mi mama no aguanto más y se puso a llorar.

Tarde mas de una semana en asimilar lo que me dijo el Doctor y claro la suerte de que no llegara a mayores, y es que en casos como el mío, mucha gente simplemente no reacciona y al poco tiempo falleces victima de muchas complicaciones.
Como llore de coraje, de rabia, de impotencia todo mi mundo se vino abajo.
Deje de creer en Dios por muchos años, aun a la fecha no logro conciliar esa parte de mi vida.
Poco a poco fue llegando la aceptación y con ella la resignación, no era buena idea seguir con esa actitud contra la vida.
Mi papa fue la persona que me ayudo en todo, siempre con sus palabras, siempre con su aliento a seguir adelante: Papa gracias a ti soy la persona de ahora.
Y a partir de entonces me gusta despertarme cada mañana, darle gracias a la vida por un día mas, disfruto levantarme muy temprano, quiero vivir cada segundo intensamente. Amo al atardecer en la playa con sol ocultándose en el horizonte, feliz de haber concluido una jornada más.
Y las noches con estrellas, su fulgor me dice que aun en la oscuridad hay luz,
Me llamo Alma Rebecca tengo 24 años, soy Diabética y aun me falta tanto por hacer!

2 comentarios on "Algo para recordar"

Delcia dijo...

Hola Becky como me dijiste desde ayer en la noche que en cuanto pudiera entrara al blog y en la mañana fue lo primero que hice awww en serio que la historia me encanto demasiado!!
me gusta como te expresas de la vida
es tan genial me alegra que veas asi la vida y es vdd ahi que disfrutar de la vida cada minuto y muchos no lo hacemos como yo :( que bueno que publicaste tu historia gracias por compartirla en la noche te veo y te comento otras cosas :D

Anónimo dijo...

Hola,

Eso no me lo esperaba :-O

Yo también soy diabético pero siempre he estado muy controlado y soy del tipo 2, no dependiente de insulina. Así que para mi esa es una condición normal, como la gastritis.

Por otro lado, mis dos condiciones médicas principales me afectaron ya en la etapa madura de mi vida o pasados los 30s por así decirlo (me operaron 2 veces de otras cosas antes de los 7 años pero eso no cuenta) y trato de entender lo que sería vivir desde tan joven con una carga como la te afecto tu caso particular y lo que aún te falta por vivir. Ahora entiendo tu positivismo ante la vida y agradezco tu energía y entusiasmo.

Una vez más me enseñaste una lección de vida, y por eso, te estaré agradecido siempre.

Alex

 

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